'Mi deseo más ferviente para cuando haya partido al último tacto a la manga celestial, donde el yugo siempre funciona bien y las vacas están todas preñadas, es que pudiera ser recordado con el calificativo más alto que conozco: fue una buena persona.'
Así finalizó el querido Miguel su discurso en ocasión de recibir el Premio Revista Taurus en septiembre de 2006, en reconocimiento a sus excelentes condiciones profesionales y humanas. Y vaya si lo logró. Miguel será recordado como una excelente persona, con una humildad, entusiasmo y don de gente excepcionales. Desde Taurus queremos acompañar a su familia y brindarle nuestro homenaje.
El 22 de noviembre pasado falleció el Dr. Miguel Marrodán. Un ejemplo no sólo por su gran capacidad profesional, demostrada a través de más de medio siglo de destacada actividad, sino por su permanente actitud de humildad y generosidad intelectual.
Miguel Marrodán nació el 6 de diciembre de 1927. Pasó la mayor parte de su infancia y juventud en la estancia 'La Pastoril', ubicada en la estación Juan Bautista Alberdi, provincia de Buenos Aires. Hijo del mayordomo administrador, quien trabajó en ese establecimiento de 15.500 ha durante cuarenta y tres años. Allí nacieron también dos de sus hermanos, un varón y una mujer, y veintitrés años más tarde, su hermana menor. Egresó como Médico Veterinario de la UBA en 1951, e inició su actividad profesional en el Instituto Rosenbusch. Cuatro años más tarde se dedicó al ejercicio de la profesión en el medio rural y en 1958 integró el equipo de Marzullo y Ponsati. En 1963 asumió la dirección integral de la cabaña Martindale. Fue docente en la Cátedra de Zootecnia General, en la especialidad Reproducción e Inseminación Artificial en bovinos, en la Facultad de Agronomía de la UBA desde 1966 hasta 1974. Co-director técnico del CIALE junto a su entrañable amigo Eduardo Lefebvre durante cuatro décadas. En 1988 fue nombrado Socio Honorario por la, entonces, Cámara Argentina de Inseminación Artificial (CADIA), hoy CABIA. En 2003 fue distinguido con el Premio Anual de la Sociedad de Medicina Veterinaria y en 2006, con el Premio Revista Taurus. Fue integrante del GIVE, grupo de veterinarios que intercambian experiencias y conocimientos en sus reuniones periódicas, además de formación profesional permanente. Casado con Tatiana Gretel Ratto, con cuatro hijos y seis nietos.
El Dr. Marrodán ha aportado metodologías y rutinas de trabajo que sirvieron de ejemplo a numerosos profesionales veterinarios del medio rural, habiendo también desarrollado sistemas de análisis y evaluación de resultados reproductivos que han cobrado gran difusión. De gran generosidad en la transmisión de sus conocimientos y habilidades a todos los colegas que se lo demandaron, de carácter amable y fácil sonrisa, muy ameno relator de las más variadas anécdotas profesionales.
Por último, dejamos un pensamiento para el futuro que compartió Miguel durante la entrevista que generó el artículo 'Marrodán y Lefebvre: Un verdadero equipo':
'No voy a estar, pero algún día se leerá un trabajo de alguien que insemina a las vacas lecheras a los 120 días postparto, con semen sexado, logrando un 40% de retención. El IEP no tendrá la trascendencia actual. Esta mayor espera permitirá que las vacas limpien completamente su útero, y reducirá las metritis, endometritis y otras itis'.
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